Tú lo das todo. Pero, ¿quién te apoya a ti?
Tus senos se sienten más pesados de lo que jamás imaginaste; cargas con más de lo que tu cuerpo fue diseñado para soportar. Cada sujetador que has probado aprieta o se clava. Los tirantes muerden tus hombros, tu espalda duele, y la presión constante hace que hasta los momentos más simples resulten agotadores. Has aprendido a simplemente “aguantarlo” porque “así es ser mamá”. Pero ser la mejor mamá para tu hijo empieza por sentirte apoyada tú misma. Un sujetador que realmente levanta y alivia el peso no se trata solo de comodidad, sino de darle a tu cuerpo el descanso que merece, para que puedas vivir la maternidad con fuerza y confianza.